sábado, 16 de abril de 2016

pedazos y cristal.

Comprendí que nadie me había roto el corazón, ni mucho menos; yo, de pies a cabeza, desde dentro hacia fuera, estaba completamente rota. Sentí por momentos cómo mis huesos se quebraban y me despojaba de la esperanza de ser plenamente feliz algún día, porque a personas así pocos son los que quieren tener en sus vidas, ¿no es cierto? Intenté hacer todo lo posible por ocultar bajo cientos de sonrisas los mil y un motivos por los que quería desistir y rendirme para siempre, esas razones por las cuales creía sería mejor dormir para nunca despertar. Siempre fui un fracaso, un lastre, nunca importó realmente mi presencia y mucho menos se notó mi ausencia en algún momento. He intentado cambiar, he tratado de fingir que nada me importa y simplemente reír por absolutamente todo, me haga daño o no, porque realmente eso es lo que la gente espera: ellos no quieren ofrecerte sus hombros para que tengas un lugar donde llorar, no quieren escuchar todos tus problemas para evitar tener que darte estúpidos e inútiles consejos que saben jamás llevarás a cabo.

Y sí, rota como el cristal cuando se precipita contra el suelo, en cientos de pedazos, pequeños pero amenazantes, con doble filo. Supongo que siempre fui eso, un arma cargada, capaz de hacer daño a cualquiera que se acercara, a cualquiera que me importara. Sin embargo, nunca fui una moneda, nunca tuve dos caras; probablemente haya intentado agradar a demasiada gente, quizá he sido muy comprensiva, o estúpida, o puede que sea demasiado susceptible y todo me afecte en demasía.

Hoy es uno de esos días que se tornan grises, en los que las nubes no dejan ver el resplandor y el majestuoso brillo del sol. Probablemente sea además una noche aún más oscura que las habituales, en la cual ni una sola estrella brille, cuando todas repentinamente se apaguen y pierdan para siempre su brillo.

Querer no es poder. Cada parte de mi ser quiere al fin poder estar contigo, pero cada día surge algún nuevo obstáculo y, aunque me gustan los retos y las dificultades, el ser consciente de que no hay forma de que al fin podamos terminar juntos, me desgasta tanto física como emocionalmente... No hay posbilidades, no se puede hacer nada

Cristales resbalan por cada tramo de su delicada y frágil piel, rasgándola y haciéndola llorar. Así, lágrimas brotan de la misma, abriendo profundas heridas que solo el tiempo será capaz de sanar y cicatrizar.

sábado, 25 de octubre de 2014

confessions

    What to do when the only thing you need is a shoulder, not where to cry, but to hold you when you are going to fall, a kind of pillar able to keep you firm and wise... But you just get tired of searching for it. because you feel it is like asking heaven to hide all starts in the night sky, to take away the shine of all of them. And even knowing you will not find that kind of support, you just keep believing that, someday, it will appear; and that is how you feed your faith and you hold on all your hopes.
    Well, you do not really want someone who need you to talk about your feelings, you just need somebody who be able to read all the pain that your eyes spread in tears...

but time flies, and all you find are reasons to finally give up

    What shall I do when I feel every part of me is slowly dying? When, without water, I feel like I am drowning? When all I want to do is to hurt myself just to feel further all the pain I feel inside me? I guess I can do nothing but missing that happy, warm and fearless part I had before. And even you might think love does not hurt people, it does. It can crush your inside and break you heart into million of pieces but, whatever, you deserve it beacause you were the one who hurted more the other person, the one you fell in love with... But how to redeem myself? That is a good question. Eventhough, I did not asked him to mend me, but to not break me more... I just wanted to find somebody who, even knowing my dark side, helped me to fight my own demons. And it was at the end, when I finally realized that...
you can´t be fixed by the same person who broke you.

domingo, 6 de abril de 2014

¿Qué es el amor?

    El amor es algo divertido. Esperas que sea fácil, esperas que sea un mundo de rosas y risas, momentos perfectos como los que solo se encuentran en las películas... Esperas que ella siempre te diga lo correcto, y sepa siempre exactamente cómo te sientes, o exactamente cómo debe reaccionar ante ti. Esperas que ella te calme cuando gritas, o que te persiga cuando salgas corriendo. Esperas tanto, que te sientes completa y totalmente derrotado cuando algo no sale exactamente como habías planeado. 
    Pero esa es la gracia. El amor NO es un plan. NO tiene un comienzo exacto, y tampoco tiene una línea de meta visible para los que confían plenamente en él. El amor sucede, y es tan complicado... 
    La gente de tu alrededor no puede comprender por qué luchas tan duro por algo que te causa tanto dolor; porque simplemente, ellos no lo pueden ver. No pueden ver el anillo de locura que te encierra cuando estás enamorado. A veces es incómodo, doloroso y devastador, pero no podemos vivir sin él.  
    Lo que nunca se aprende es lo duro que es el amor. Cuánto tenemos que poner de nuestra parte en él. Cómo no merece la pena hasta que no nos volvemos idiotas por él. 
    Amor no es que ella te calme cuando tú gritas. Es ella gritando, tan alto, tan fuerte, justo detrás de ti, o en tu cara para despertarte, o para mantenerte en la tierra. No es que él te traiga rosas todos los días o detalles que hagan parecer más presentable vuestra relación. Es después de una pelea, que agota directamente la vida y los huesos de los dos, y sin embargo, ella se presenta en tu puerta a la mañana siguiente. No es ella diciéndote qué es lo correcto, o sabiendo cómo manejarte. De este modo, tampoco es que ella te acaricie el pelo mientras te dice que todo va a ir bien. Es que ella esté ahí, y que admita que está igual de asustada que tú. 
    Tienes que recordar que en el amor no eres el único implicado. Inconscientemente has puesto tu vida, tu corazón, en las manos de otra persona y has dicho: -Aquí está, haz lo que quieras. Destrózalo en un millón de pedazos, hazlo picadillo. U olvida que alguna vez te lo entregué a ti el primero, durante todo el tiempo que lo tengas.- 
    Verdaderamente, el amor hace invisible y borra todas las líneas que no podemos cruzar. Porque amar no es protegernos en nosotros mismos, sentirnos a salvo, o seguros del futuro... Se trata de mandar lejos la tensión de nuestro cuerpo, pero de la misma manera, tener fuerzas para seguir adelante. 
Porque todas esas peleas, todas esas lágrimas, la incertidumbre... Merecen la pena. Y es un infierno mucho mejor que estar feliz al cien por cien, sin alguien que nos haga ver que hay un mundo de diferencia entre sentirse "feliz" y sentirse "parte de algo".


Que desespero de esperarte

    Hoy no es uno de esos días en los que lo importante es cómo plasmar mis sentimientos, sino uno de esos días en los que lo realmente importante es, simplemente, plasmarlos sin importar cómo. 

    Me muero de ganas de decirte lo mucho que me haces falta, lo mucho que te necesito aquí conmigo, que estoy esperando una respuesta a una pregunta que ni si quiera he tenido el valor de formular... Me desespero de esperarte, y aún no recuerdo cómo olvidarte.Pasan las horas y los días, y cada día siento este vacío inmenso profundizarse más hasta perforarme el corazón, ¿y sabes qué? En cierto modo de alegro de que duela tanto, porque es una demostración de que todo lo que tuvimos fue real; de que tú fuiste real. Sí hubo un "nosotros"... Aunque ya no quede nada. ¿Tan rápido te olvidaste de mí? ¿A caso no es el primer amor el más fuerte, y a prueba de balas e incluso de olvido? Admito que muchas veces he tomado decisiones erróneas, lo he estropeado todo, lo sé. Pero niégame que sonríes al recordarme, que no has llorado hasta dormirte, que no has podido olvidarnos, que no te gustaría que volviera... Niégalo. Si lo niegas, yo ya no volveré a molestar. No volveré a tu vida más. Llevo horas mirando nuestras fotos, ese retrato, recordando todos aquellos momentos... ¿Y ahora qué se supone que debo hacer? ¿Renunciar a lo que está por venir, por algo que creíamos que no tiene futuro? Bueno, en cierto modo, de una cosa estoy segura... Nunca dejé de sentir lo que sentía por ti; cuando alguien se enamora no alcanza a ver límites, perdonas miles de veces, me lo has demostrado... ¿Entonces, qué hago? Dímelo tú, porque no puedo sacar de mi cabeza, lo que no sale por completo de mi corazón y tú, tú estás clavado en él como un tatuaje... 

sábado, 25 de enero de 2014

ahora o nunca

     Llega un momento en nuestra vida en el que nos paramos a pensar qué estamos haciendo con ella. Y es ahí donde nos damos cuenta de que no queremos que las cosas sigan como están; no queremos seguir despertándonos y reviviendo cada día las mismas experiencias, la misma rutina. Queremos fijarnos nuevas metas, queremos levantarnos y dejar que el día, por sí solo, nos sorprenda. En conclusión: queremos ser felices. Pero desgraciadamente a veces, por nuestro propio bien, tenemos que renunciar a aquello que creíamos era el motivo de nuestra felicidad, con el fin de encaminarnos hacia algo mejor. Y aunque duela tener que rechazar un pasado que en su día, te hizo feliz, debemos ser un poco egoístas y darnos cuenta de que la vida es una sola y está para cometer errores, errores que no son inservibles, porque siempre nos enseñan algo nuevo. Quizá la clave de la felicidad esté en cometer errores, en equivocarnos como si no hubiera mañana. En aquello que realmente nos hace feliz, en esas pequeñas cosas que significan mucho. Así que...

     Gracias pasado, por haberme hecho tanto daño. Por haber tenido que enfrentarme a la pérdida: de amistades, de amores, e incluso de familiares... Pero sobretodo, gracias por haberme enseñado tanto, por haber sido tan buen maestro haciéndome tropezar con muchas piedras en mi camino, piedras que he ido acumulando para que cada vez mi castillo sea más grande.

     Gracias presente, porque eres el mejor regalo con el que el ser humano puede ser premiado... Porque al fin y al cabo, estamos vivos. ¿Qué hacemos lamentándonos, en vez de ir en busca de la felicidad?

     Y a ti futuro, no he de agradezco nada porque a partir de hoy no viviré pensando en ti. Dedicaré mis pensamientos y mi día a día al presente... 

Porque es ahora o nunca.

sábado, 4 de enero de 2014

¿Cuántas?


¿Cuántas cicatrices, cuántas heridas
esperan en mi interior por fin sanar?
¿Cuántos corazones y quebrantadas vidas
ansían poderse reparar?
¿Cuántas mentiras y engaños
han causado malos estragos?
¿Cuántas lágrimas a lo largo de los años
hemos intentado contener haciendo amagos?
¿Cuántos nudos en la garganta, por no llorar,
hemos sentido apretarnos?
¿Cuántos puños cerrados
a alguien inocente han golpeado?
¿Cuántas veces hemos tenido que sonreír
y fingir que todo está bien,
aunque por dentro sintamos morir?
¿Cuántas veces hemos esperado
que alguien fuera capaz de vernos
en nuestro interior sangrando?
¿Cuántas veces hemos fingido felicidad
cuando no teníamos espacio para tanto vacío?
Y, ¿cuántas veces evitamos decir "te quiero"
por miedo a no ser correspondidos?

Alessandra Sánchez Rguez.

martes, 12 de noviembre de 2013

Esperanza

El día más frío de otoño, con el sabor más amargo de todos que habían experimentado mis labios. Nos cruzamos. Lo miré. Me miró. Nos miramos. ¿Por qué siento esta inmensa opresión incesante en mi pecho? ¿Qué sucederá esta vez? ¿Volveremos a discutir? En caso de que lo hiciéramos, estamos acostumbrados. En eso se basa lo nuestro; mejor dicho, en eso nos basamos los dos. Pero, ¿y qué pasa si no es como siempre? ¿Qué pasaría si se fuera realmente? No, no creo que se marche. Si me ama permanecerá a mi lado por mucho que, tan pronto subamos al cielo en una montaña rusa, volvamos al suelo de golpe y porrazo...

-Buenos... Buenos días -dije en un hilo de voz, mientras él me apartaba un mechón de pelo de mi rostro-.
-Gracias por todo... -dijo con la voz desgarrada, como si sus cuerdas vocales se rajaran al pronunciar esas tres palabras que para mí, ya tenían significado.-
-¿Te vas? ¿Es eso verdad? -irrumpí la tranquilidad elevando la voz.-
-No puedo permanecer más tiempo cerca de ti, sabes que solo nos hacemos daño...
-¿Qué? ¡Yo nunca haría daño a la persona que, con solo respirar, me da la vida!
-No lo hagas más difícil... -se giró para marcharse, así sin más...- recuerda que te quiero, por encima de todo aunque a veces te hago dudar.
-¡Te odio! -grité hasta sentir mi corazón estallar en pedazos- ¡Prometiste que nunca me dejarías! ¡Lo prometiste! ¡No puedes marcharte, no ahora que es cuando más te necesito! -aún conservaba la esperanza de que diera media vuelta y volviera, como siempre, a mí, abrazándome y besándome... Haciéndome sentir a salvo de todo y de todos, devolviéndome la vida que no sabía que me había robado.-

No obtuve respuesta alguna, solo quería que aquel dolor que oprimía mi pecho por fin cesara, se calmara con algún tipo de antídoto que esperaba conseguir tomando una bocanada de aire; sabia que no pararía de arder en llamas mi interior, 

pero de esperanzas se vive, o eso dicen... 

Lo que nadie sabe es que el mero hecho de su existencia, la mínima probabilidad y las pocas posibilidades de que regresara a mi lado, de que diera media vuelta. ¡Joder! Media vuelta para volver a llenar ese vacío que había sembrado en mí; solo pedía eso... ¡Una explicación! ¡Exacto, eso es! Pero no, ni eso era capaz de darme. Así que se fue. Llevándose con él mi alma, mis pensamientos, todo mi ser. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué se había alejado? 

Demasiadas preguntas, para tan pocas respuestas...


Día tras día lo llamé, sin recibir respuesta nunca, en ninguna de las llamadas. Sólo oía su voz en el contestador, por lo visto no quería acordarse de mí. O lo que quería era olvidar todo. No sé nada. No sé qué pasa. No sé cuáles son sus intenciones, no puedo ser más fuerte. No aguanto sin derrumbarme al verlo en todos sitios, adonde quiera que miro, adonde quiera que voy... Allí está él, con su sonrisa radiante y su carácter temperamental. Con sus encantos y lo que más me hacía por momentos odiarlo, y a la vez, amarlo como a ningún otro había amado. 

Mi abuela está muy enferma, debería dedicarle un poco más de tiempo y dejar de pensar en él. Se pondrá bien, ella es fuerte. Intento convencerme a mí misma de que todo irá mejor con el tiempo, que es el mejor cirujano... Hasta que lo veo a él en el hospital, entre los pacientes en la misma sala que mi abuela. Siento mi mundo desvanecerse, siento como si todas las estrellas y los planetas, toda la materia, todo el peso se volcara sobre mi espalda. Como si me perforaran el corazón con una bala, como si me rajaran el vientre con una navaja, despiadadamente. ¿Era él? Pues claro, era él... Era el mismo, solo que con menos pelo, mucho menos pelo... No tenía pelo. Su tez estaba pálida. Su cuerpo robusto había quedado en una estructura casi esquelética; hasta que su mirada perdida encuentra la mía y un destello de luz fusiona ambas, devolviéndonos mutuamente la vida que creíamos haber perdido. 


"Esta vez, voy a ser yo la que se quedará. Siempre. Junto a ti. 
Todos los días de mi vida." -corrí a sus brazos para nunca soltarlo.-